Hoy quería contaros la historia del nacimiento de Maïtea.
Había una vez...
Durante mi misión como directora de oferta e imagen de una hermosa marca de joyería fui feliz. Lanzamos muchas colecciones, casi 12 por año. Gran trabajo, un equipo de primer nivel, realmente interesante. Para abastecernos de materias primas, íbamos a Bangkok a comprar piedras preciosas, a la India a buscar nuestras piedras de colores, a Amberes en busca de diamantes, a Japón en busca de perlas... Nuestro gemólogo clasificaba las piedras en las oficinas de nuestros proveedores. Las transacciones se concluyeron sin hacer demasiadas preguntas sobre el origen de estas piedras. Estábamos felices de crear hermosas joyas, de crear belleza.
India, Bangkok, Amberes, Osaka…
Todo iba bien hasta que un día nuestro equipo fue invitado a una conferencia de Care Association , que nos mostró la verdadera realidad de las minas de rubíes en Madagascar, Sri Lanka, donde los hombres extraen las piedras de forma artesanal, en medio de los bosques. , con agua hasta la cintura, en condiciones insoportables. Drogas, prostitución, salarios miserables. También descubrimos los problemas relacionados con el uso de mercurio en las minas de oro del Perú y tomamos conciencia del impacto en la naturaleza de las minas de diamantes , que son las mayores falsificaciones hechas por el hombre en la tierra.
Minas de piedras preciosas, diamantes, oro…
Ese día me di cuenta de que la verdadera belleza sólo se puede crear con amor y respeto.
No podemos decir que un objeto es bello si no ha sido elaborado sin respetar a los hombres y mujeres que participan en su creación. Lo mismo ocurre con la naturaleza que nos da vida: debemos respetarla.
Con mi director general nos dijimos que teníamos que reaccionar. Entonces me di cuenta de que en el sector de la joyería, repensar la cadena de suministro, buscar nuevos proveedores, cambiar para hacer más respetuosa la creación de joyas era muy difícil, y muy lento...
Aquí es donde hice mi propia transformación y decidí cambiar las cosas creando Maïtea.
Mi convicción es sumarme a las marcas que quieren revolucionar la joyería . Quiero repensar el proceso de abastecimiento y creación de joyas.
Hacerlo implica más dificultad a la hora de elegir materias primas y adaptar los diseños a las piedras disponibles. Por tanto, los costes son mayores y los procesos tardan más.
Pero detrás de todos estos desafíos estamos muy orgullosos de ayudar a crear un mundo mejor.
¿Quién hizo mi ropa, quién hizo mi joya?